Los valores de Dominio Romano se basan en el respeto por la naturaleza, el medio ambiente y la biodiversidad.

Por ello, y desde siempre, cultivamos nuestros viñedos practicando la agricultura ecológica certificada, sin uso de pesticidas ni herbicidas, interpretando sus necesidades según la climatología del año. Esto implica acciones concretas como ajustar la gestión del suelo de acuerdo con las condiciones meteorológicas cambiantes, lo que nos permite adaptarnos de manera efectiva a los desafíos que presenta cada añada.

La agricultura ecológica que aplicamos en nuestros viñedos se basa en la fertilidad y actividad biológica del suelo y en crear un ecosistema equilibrado alrededor de las cepas para que toda la vida existente en el viñedo esté en buena armonía. Únicamente cuando es estrictamente necesario utilizamos productos autorizados en agricultura ecológica, principalmente el azufre en polvo para luchar contra el hongo del Oídio. En años de lluvias muy abundantes en primavera se puede utilizar productos con base de cobre para el Mildiu. Alternativamente también utilizamos infusiones de plantas medicinales (cola de caballo y/o ortiga) para ayudar a regular la actividad de los hongos. 

Cultivando salud desde la tierra hasta la copa

La agricultura ecológica es una filosofía de trabajo mucho más respetuosa, que implica más trabajo, más observación del viñedo y conocimiento sobre él, pero sin duda es una apuesta a largo plazo para la salud, no solo del viñedo, si no de los consumidores de nuestros vinos. Ejemplos concretos de cómo esta filosofía de trabajo ha beneficiado tanto a los viñedos como a los consumidores en el pasado podrían incluir mejoras en la calidad del suelo, mayor resistencia de las plantas a enfermedades y plagas, y vinos más auténticos y saludables.

Vinos de calidad desde la raíz

La finalidad de este tipo de agricultura ecológica es obtener una uva de la máxima calidad, que llegue en las mejores condiciones a la bodega y obtener el mejor mosto posible, porque sólo así podremos hacer vinos de calidad, capaces de expresar su origen y que a la vez sean buenos para la salud del planeta y de las personas.

Otro apunte importante sobre la sostenibilidad es el manejo del agua.

En Dominio Romano, no regamos nuestras cepas con la finalidad de que sus raíces sean lo más profundas posible, luchen por la búsqueda de agua, resistan mejor los períodos de más sequía y al mismo tiempo extraigan todo el carácter del suelo. Esta práctica específica de no riego no solo fomenta raíces más profundas, sino que también contribuye a la calidad de las uvas al permitirles absorber los nutrientes y minerales esenciales del suelo de manera más efectiva, lo que se traduce en vinos de mayor complejidad y carácter.