Un gran vino nace en el viñedo

En Dominio Romano nos esforzamos por combinar lo mejor del pasado con lo más innovador del presente en la elaboración de nuestros vinos ecológicos. Nuestra pasión por la vinificación y el respeto por la tradición nos guían en cada paso del proceso, desde la viña hasta la botella, para ofrecer vinos que sean un verdadero reflejo de la singularidad de la Ribera del Duero.

Nuestro objetivo es elaborar vinos que sean un reflejo de las condiciones climáticas y del terruño sobre el que crecen las cepas de Tinto Fino, procurando dar el mayor protagonismo posible a la variedad y al suelo en nuestros vinos. 

El cultivo ecológico, las prácticas biodinámicas, la poda de respeto y el cariño y pasión que ponemos en cuidar nuestros viñedos es uno de nuestros mayores activos, así como el del resto de amigos viticultores de la región que nos hacen confianza permitiendo que elaboremos las uvas que con tan gran esfuerzo ellos cultivan.  

La biodiversidad que poco a poco se desarrolla en el subsuelo debido a las prácticas ecológicas permite a las raíces de las cepas absorber de manera mas eficaz los componentes minerales del suelo y que estos tengan un impacto en el carácter del vino. 

Una cuidada vendimia manual en pequeñas cajas de 15 kg permite que la uva llegue a la bodega en óptimas condiciones de calidad para su posterior procesado.  

Una delicada fermentación

Previo al procesado de la uva, dejamos que esta se enfríe en cámaras frigoríficas a 4 grados centígrados para reducir posibles oxidaciones y poder realizar una pequeña maceración prefermentativa en frío previa al proceso de fermentación. Tras pasar por nuestra mesa de selección, la uva cae por gravedad en los distintos tipos de depósitos en los que realizaremos la fermentación: ánforas de arcilla, barricas abiertas de 400 l y depósitos de acero inoxidable de distintas medidas. La gravedad juega un papel fundamental en nuestro proceso de vinificación, ya que hasta una vez finalizado el prensado de la uva, esta no pasa por ningún tipo de bomba y el proceso de extracción se realiza por delestage y pigeage exclusivamente. Este mimo en la integridad de la uva permite que en nuestras fermentaciones haya un porcentaje muy elevado de uvas enteras que no han sido pisadas y que proporcionan una elevada carga frutal en los vinos resultantes. 

Innovación en la Elaboración

Sin embargo, en Dominio Romano no nos conformamos con seguir los pasos tradicionales. Nos esforzamos por romper moldes y explorar nuevas fronteras en la elaboración del vino. Para nosotros el principal protagonista en el vino debe ser el carácter de la variedad y del terruño y no el de la barrica. Por este motivo desde el principio del proyecto solo utilizamos barricas de roble de 400 litros. Estas barricas de roble de mayor tamaño permiten dosificar el aporte de madera al vino, preservando así la fruta característica de la Tinto Fino y evitando que el sabor a madera domine la experiencia sensorial. Con el paso de los años hemos incorporado ánforas de arcilla y damajuanas para realizar la crianza de algunos de nuestros vinos, siendo una gran ayuda para conseguir este carácter frutal tan importante para nosotros. 

Mínima intervención: Respetando la Naturaleza y el Proceso

La mínima intervención en la elaboración de vinos ecológicos es una filosofía que abraza el respeto por la naturaleza y el proceso de vinificación. En su esencia, implica interferir lo menos posible en el ciclo natural de la vid y el vino, permitiendo que la uva y su entorno expresen su verdadero carácter.

La mínima intervención significa dejar que la naturaleza siga su curso en el viñedo y en la bodega. Esto implica renunciar al uso de productos químicos sintéticos, pesticidas y herbicidas, y adoptar prácticas agrícolas sostenibles que respeten el equilibrio del ecosistema. En la bodega, significa limitar al máximo las manipulaciones enológicas y utilizar métodos suaves y respetuosos para preservar la autenticidad de los vinos.

Para nosotros, la mínima intervención representa un compromiso con la calidad, la pureza y la autenticidad.

Al permitir que la uva se exprese sin interferencias, los vinos resultantes reflejan fielmente el terruño, el clima y las características únicas del lugar donde se cultivaron. Representa un retorno a los métodos tradicionales de vinificación, donde el enólogo actúa más como un guía que como un manipulador, permitiendo que la esencia del vino brille por sí misma.

En Dominio Romano, la mínima intervención se traduce en dosis bajas de sulfuroso, evitar el uso de productos enológicos que enmascaren el producto (taninos, enzimas, clarificantes) o una filtración abierta para no desnudar demasiado los vinos. También nos encontramos entre los pioneros en Ribera del Duero en elaborar vino natural sin sulfitos añadidos, buscando la simplicidad y la autenticidad. Para nosotros es un compromiso con la salud, la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza que se refleja en cada sorbo de vino que se produce bajo este enfoque.

El enólogo

Detrás de cada botella de Dominio Romano hay una huella que imprime una personalidad única y profunda. Jordi, el enólogo de la bodega, ha sido fundamental en el desarrollo de nuestra visión enológica. Con una vasta experiencia en la elaboración de vinos en regiones vitivinícolas de renombre como el Priorat, Jordi aporta su pasión y conocimiento para crear vinos que hagan historia en la Ribera del Duero. Un buen enólogo no es aquel que sabe mas nivel técnico y que trata de imponer su estilo sobre el clima, variedad y terruño, sino aquel se esfuerza en aprender y leer el potencial de la zona y actúa en consecuencia para potenciar sus cualidades. Este es el proceso que hemos seguido en Dominio Romano, tomando una lección en cada cosecha que nos ayuda a ser mejores en la siguiente y que finalmente nos acerca al vino ideal que la zona es capaz de darnos.